¿Como funcionan las estrategias fiscales?

Hay quienes no se preguntan sobre este tipo de estrategias porque les puede parecer confuso, bastantes personas piensan que son actividades clandestinas, sin embargo, son una herramienta que cualquier empresa tendría que usar para cumplir con sus obligaciones fiscales de forma mucho más efectiva y con miras a minorar su carga impositiva sin infringir la Ley.

Es importante aclarar que una estrategia fiscal no es solamente para grandes compañías, pues cualquier contribuyente debería tener la suya. Tendrían que preguntarse qué tipo de estrategias en material fiscal   podrían implementar para sus finanzas, pues estas herramientas son un derecho que le corresponde a todos y su objetivo principal es el de disminuir el pago de impuestos, año con año, por la vía de la aplicación de las disposiciones fiscales.

Cada una de las tácticas debe estar basada en las necesidades de cada persona física o moral, por lo que necesita tener en cuenta que una misma estrategia no podría funcionar para dos organizaciones, aunque fueran del mismo giro.

¿Cómo distinguir la estrategia fiscal responsable de aquella que no lo es?

Se distingue por su simplicidad y armonía: un esquema óptimo puede ser aquel que permita generar ingresos adicionales con una simple planeación de flujos, sean éstos el pago de proveedores, gastos fijos o inversiones. La estrategia fiscal responsable se caracteriza por tres elementos:

Optimiza la carga tributaria de una empresa o persona física.
Lo hace siempre dentro de los márgenes de la ley.
Persigue lograr el crecimiento y la continuidad del negocio.
 
La deducción de impuestos en la empresa

La LISR contempla que las personas morales pueden realizar la deducción de impuestos si se cumplen con ciertas condiciones. 

Del artículo 25 al 43 de esta ley, se encuentran todas las posibles deducciones y los requisitos que deben reunir, por ejemplo:

La compra de mercancía necesaria para la operación de la empresa.
El costo de lo vendido. 
Créditos incobrables o pérdidas por casos fortuitos. 
Los gastos necesarios para la operación, como la renta de oficinas, la compra de equipo y mobiliario, pago de luz, agua, internet, teléfono, entre otros.
Los sueldos de los empleados que laboran para la empresa. 
El pago de prestaciones como vales de despensa, cuotas del Instituto Mexicano del Seguro Social y las aportaciones para aumentar o crear los fondos de pensiones del personal.
Las inversiones y donativos.
El pago de viáticos, como hospedaje, alimentos y transporte.